Sistematizar esta experiencia se presenta como una parte fundamental y aporte en la construcción de conocimiento específico y detallado del proceso, desde la voz de los que hacen parte de él, teniendo en cuenta que reconstruyendo la experiencia se visibiliza el proceso que propuso Casa Naranja como estrategia de intervención para la prevención de violencia permitiendo su aplicación en otros espacios con necesidades similares. Reconocer la experiencia de los sujetos desde el teatro como agentes que legitiman espacios que trabajan en pro a la construcción de paz, siendo esta una opción de transformación social tal como lo expresa Augusto Boal (citado por Chesney, 2013), llevando a los sujetos o actores inmersos a una constante reflexión y comp <resión de los problemas sociales y dinámicas inmersas en el marco de la violencia, termina siendo uno de los sentidos fundamentales que permiten ver en el arte y su manifestaciones una herramienta muy poderosa de intervención social en pro de futuros distintos, incluyentes y democráticos, que es quizás el hallazgo más importante de este proceso de sistematización